Diego Maquieira Astaburuaga, poeta y artífice plástico chileno nacido en Santiago el 10 de enero de 1951. Considerado poeta trascendente por la crítica de su país a pesar de su escasa producción literaria. Premio Pablo Neruda 1989 de la fundación del mismo nombre. Su padre fue diplomático y por ello vivió una parte de su infancia en ciudades como Nueva York, La Paz, Lima, Ciudad de México, y Quito.
Su poemario inaugural: Upsilon, fue publicado en 1975 Posteriormente publicó Bombardo (1977), La Tirana (1983), Los Sea Harrier en el firmamento de eclipses. Y Poemas de anticipo (1986), . Asimismo realizó una antología sobre el poeta Vicente Huidobro, bajo el títuilo de: El oxígeno invisible (1991) y también volvió a editar La Tirana y Los Sea Harrier, en noviembre de 2003. En octubre de 1989 participó en Estocolmo, Suecia, en el Festival Internacional de Poesía: La reconstrucción del tiempo, organizado por el poeta Sergio Badilla Castillo y la escritora Sun Axelsson, evento que congregó a los poetas chilenos más connotados de la época de los ochenta
de los sea-harrier en el firmamento de eclipses
HABÍAMOS DADO MÁS DE MIL ÓRBITAS
Habíamos dado más de mil órbitas
sobre el mar sin haber jamás arribado
a ningún cabrón puerto
Coritani nos traía por mar perdidos
algún tiempo
para después dormirse
y dejarnos otra vez perdidos
No quedaba un solo Harrier a bordo
y las cargas de armamentos y alcohol
arrojadas al mar por unas rocas
que eran como olas varadas
Ma Coritani hacía detener el viento
para salir a guerrear a cubierta
pero amodorrado por el rocío y el sueño
veía nubes que se hundían en el mar
Entonces alucinó hundir el portaaviones
hasta la mitad, hasta dejar flotando
sólo las gigantescas velas en cubierta
para que parecieran unas dunas de mármol
levantando una capilla
Mientras el arsenal de agua debajo del casco
y el mar rodeando por todos lados a la vez
hacía estremecer de gozo
a los rapsodas druidas
porque Patresca Ossavinci de una belleza
que mandaba a irse de lado al cielo
iba levantando el mármol y lo socavaba
con su cuerpo hurgándole un hombre
la ternura despiadada de un hombre
y con sus ojos hurgándole un faro.
ARS VITAE
Teníamos fuerte afición al vino
le rendíamos culto a los racimos de uva
y éramos arrogantes, crédulos
pendencieros
Preferíamos la muerte
a perder la libertad
y llevábamos la alegría del amor
hasta las puertas del infierno
hasta desafiar a la misma muerte
desnudándonos en pleno combate
o agrandándonos las heridas recibidas
Y si veíamos en peligro la vida
de nuestras mujeres y la nuestra
nos dábamos muerte por gusto continuo
Y éramos tan arrebatados en la guerra
que jamás actuábamos de acuerdo a un plan
No conocíamos ni la humildad
ni la caridad, ni la abnegación
ni la dulzura
Éramos serios y semifabulosos
y adorábamos a nuestras esposas
que adoraban el falo y el oro.
LEVANTAMOS UN FARO
Levantamos un faro en medio del mar
un faro de paredes de papiro
que usábamos para guardar los vinos
y para echarnos a beber con mujeres
pero no hacíamos nada para la posteridad
Una noche que intentamos dar Macbeth
nos demorábamos meses en darla
y se nos olvidaba en qué íbamos
Habíamos levantado un faro en el mar
para no hacer nada en la vida
y gozar desnudos y con mujeres
Ma a veces maravillados por un Mirage
por una clona que nos hacía los ojos
asaltábamos a la sexta flota española
y promovíamos graves desórdenes bajo cubierta
Pero no hacíamos nada grande la verdad
Abusábamos del amor
del ocio y del porvenir
y bebíamos hasta moverle el piso al mar.
BANQUETE FRATERNO
Domingo noche a la comida privada
que diseñamos con el canciller de Ratzi
bajo un toldo en el desierto de Al Bumba
y los dos solos como mesas de arrimo
y con nuestros gorros de Armani
fue de una ociosidad acongojante:
Mire me dijo, "y si quiere salir vivo
de aquí mejor escúcheme. Nuestra religión
no es un baile. No es una balsa de perdidos
en el mar, ni un manicomio de adivinos.
Su estructura profunda e inamovible
no es libertaria, sino sacramental
y por lo tanto, jerárquica, ¿me sigue?"
Así en ese tono me hablaba, Luchino
y me salía con implantes así como éste;
"Nuestros dogmas no son murallas
que nos impiden ver
sino ventanas abiertas al infinito".
Así igual seguía hablándome, Luchino
mientras yo chupaba mi Bellaterra
con uvas rosadas y quesos hediondos
"Nuestra liturgia no es una farándula
no es una pesadumbre que solicite
a Teresas tetonas ni a desvergonzados
Nuestra liturgia no vive de escalofríos
y sorpresas, de ocurrencias cautivadoras
sino de repeticiones solemnes".
Así seguía mientras yo seguía bebiendo
hasta que lo calmé en un momento dado
y le dije: las brevas van una maravilla
I. VOLÁBAMOS COMO UN MAR MAREADO
El cielo salió de noche como un contraeclipse
dejando de no creer a los espíritus insomnes
a las pocas mentes que aún soñaban
con parar la matanza en los enormes despachos
del convento de la Catedral de la Moneda
Mientras, los prisioneros de la luz, los celtas,
los boy george, los druidas y los hunos
levantábamos el vuelo y subíamos la luz
desde nuestros hangares fondeados
en el cañón del Urubamba, mama Perú
Volábamos en nuestros acojonantes Harrier,
volábamos como un mar mareado
jubilosos de perpetuar el ataque
a los Mig franceses de los milenaristas
que ni con todo el sopor de sus profecías
intuían esta vez la que les esperaba
Los íbamos a devolver a Dios a estos pendencieros.
II. EN UN CIELO CON DOS MIL AÑOS DE VACÍO
Ya los Harrier fuera de pantalla
en un cielo con dos mil años de vacío,
parados esperando la consagración de las utopías
con nuestros abrigos de astracán puestos
y nuestros gorros de Rembrandt
recibí la venida a ver de un olvidado amor
La Sor clona Cósima que me zampó su belleza
y que ahora venía a incendiarme mi Harrier
acusándome de besar a Judas Iscariote
abandonado a su muerte por el Mesías,
de hacer cundir el desaliento en la florería
y de pasarme al bautizo de Gaetano Stampa
La dejé ir imaginándomela como un polvo perdido
sobre mi asiento descapotado, aunque sabía
que el tocarla haría reventar la cabina
y que el amor podría significar la muerte
arruinando el sueño de la guerra infinita
Pero como un inflado émulo de Garcilaso
apenas un momento antes de sucumbir
Me sobrepuse y le recité conmovido a sus ojos:
Estoy continuo en lágrimas bañado
Rompiendo el aire siempre con suspiros;
Y más me duele nunca osar deciros
Que he llegado por vos a tal estado
Que viéndome donde estoy y lo que he andado
Por el camino estrecho de seguiros,
Si me quiero tornar para huiros,
Desmayo viendo atrás lo que he dejado;
Si a subir pruebo en la difícil cumbre,
A cada paso espántanme en la vía
Ejemplos tristes de los que han caído.
Y sobre todo, fáltame la lumbre
De la esperanza, con que andar solía
Por la oscura región de vuestro olvido.
III. CON NUESTRA LENGUA ADVERSA DE REGGIO CALABRIA
Ya ahí
mientras yendo en Harrier por estas cabronas
y mamándonos el pedazo chupado a Garcilaso
con nuestra lengua adversa de Reggio Calabria
y nuestro malogrado medio hablar español,
seguíamos levantando vuelo como nubes a remezones
y armando un toldo de recepción acá arriba,
ma mientras esperábamos la llegada de Lacunza
aunque nuevos zarpazos nos devolvían la calma
Abajo se estaba armando una guerra de sórdidos
y ya no era cosa de salir del asombro
Capellanes fantásticos apegados a sus vírgenes
patronas se encontraban viéndoselas ahora
con unos dos mil Senderos Luminosos
que les salían por todos lados allá
en esos rayones del desierto de Nasca
De no creer que esos meandros desfachatados
intentaran levantarnos el botín sagrario
Decidimos ma mientras excitados darles puntada
Les enviarnos unos Harrier con bombas de racimo
y unos cuadros de exposición de Mussorgsky
como regalo previo a la masacre, al año nuevo
que les íbamos a dar a nuestros hermanos de luz,
aunque la luz se la íbamos a llenar de humo
Cuando nuestro radar se fue copado en sombras
dándonos la señal para la emboscada del cielo
Ataque jamás pensado antes allá en Chile
por ninguna raerte de espíritu de esta centuria
Ma mientras dejamos caer nuestros cuarenta cables
lanzados desde los flaps de los Harrier
atravesando los cinturones de Van Allen
y ahorcando a los Mirage escoltas milenaristas
no caídos, no bombardeados, no redimidos
sino subidos para acá arriba como Pentecostés,
como claraboyas para no perderse el vacío eterno.
NUESTRO PORTAAVIONES A VELA
EL ATOLÓN LUCIFERINO
Después de haber dejado sollozos a los milenaristas
columpiándolos por un rato sobre los decorados
enfriamos los Harrier rumbo a guardarlos
a nuestro lujoso paquebote en medio del mar
El Atolón Luciferino con sus novecientos
metros redondos de telones
abrían los ojos a la belleza
Fue una recepción sin atentados y sin represalias
Llegamos con atados de clonas y con sacos de alcohol
Yo traía mi reposacabeza y mi sillón ampliado
para regalárselo al ministro Coritani
que nos esperaba con animales salvajes sueltos
en cubierta que parecía un desfile de abrigos
de pieles. Fue una gentilidad del Premier
habernos puesto un coche con capota de seda
tirado por cañones españoles que los druidas
usaban como monopatines.
Nada raro seguíamos chupando como feligreses
y bajábamos a abrazar a nuestros aliados
Entramos besando y festejando a las nobles familias
Genovese, Gambino, Lucchese, Colombo, Bonanno
Los alojados estrella a bordo del Luciferino
y de una alegría que los bolas milenaristas
desconocían y le temían como a sus demonios
Ma mientras nos venían rastreando unos buzos
que entonces interceptamos con esparcimiento
y les dejamos ver el momento en que saltamos
en mulas por los lados del portaaviones al mar
a bautizar a las clonas y a llenarlas de gozo
Nos quedamos ahí montándolas en medio del mar
hasta que subimos a echarnos a los toldos
de la privacidad.
EL PURPURADO DE CHAROL
No parábamos nuestra alegría de bacanal,
nuestro delirante cortejo de matanzas
y desórdenes continuos
allá abajo en el hoyo del mundo
Veníamos saliendo del Les Assassins
del restaurant Les Assassins en Chile
muy curados, curados como frambuesas,
veníamos los Giorgio Armani, los Gianni Versace
y los también Gianfranco Feltrinelli,
ya de regreso a subirnos a los Harrier
parados afuera frente a La Merced
cuando nos topamos con la abadía falsaria
Demonios,
Demonios, pero si es Georgie Boy otra vez
trayendo a sus fiambres devotos del Ayuntamiento
No sé qué infinita mala raja
lo traería hasta nosotros
pero fue precioso verlo paseándose de noche
con su sotana que parecía el acantilado.
MUERTE EN EL CIELO DE PHILLIP RASTELLI SOBRE UN MÁRMOL REMOLCADO POR LOS HARRIER
Despegamos del portaaviones Ninguna Esperanza
con los Harrier flameando
Por primera vez los hacíamos flamear
y navegábamos con el ancla abajo
para enterrar al mar hasta secarlo
Fue la impiedad
Subimos la poca vida que le quedaba a Rastelli
a un tablón de mármol y lo amarramos
Maluego amarramos el mármol a cuatro Harrier
y remolcamos a otros nueve que iban de escolta
subiendo para atrás frenados y dando elipses
en largos relevos taciturnos y eclipsando
Porque ya eclipsados desaparecían del cielo
y el mármol se movía como la marea,
mientras las Burroughs metían mente
en la coordenada subida de los Harrier
No era el momento de empezar a funerarlo
y arruinar su sueño de morir en el cielo,
pero ahí iba Rastelli despachado en el mármol
y con la mama alcohol en el abrigo
hiriendo de muerte a los poco intensos
que se quedaban ahí sollozando como
el infinito escarnio que les sacaba
Rastelli ya casi debajo del mármol
Más al cielo nos esperaban unos Harrier?Cargo
montando unos cortinajes rojos gigantes
que le habíamos pedido al coreógrafo Toesca
y que hacían entrar al cielo en penumbras
En ese parqueadero le untamos la pasta macabra
mantenida en celo por los iniciados celtas
dejándolo embalsamado en estado de explosión
Porque Rastelli iba a volar como una bandada
cuando se desmoronó sangrando en el mármol
Pero el búho infausto intuyó que venía el eclipse
y se desbandó del cortejo y apartándose zumbado
hizo cavar su alma en el tablón de mármol
para hacerles un radar a los milenaristas
y esbozarles un sueño que a sus demonios
no se les daba ni en pesadillas.
SERMÓN DADO A PHILLIP RASTELLI ANTES DE MORIR
A la balada de Cable Hogue
A Sam Peckinpah
Predícame un sermón de muerte, Luchino
No me hagan un santo
Pero no me arrojen tan profundo
Estamos reunidos aquí
Ante la vista de Dios
Y de toda su gloria
Para que descanse Phillip Rastelli
Nuestra oración es por este hombre
Compáralo con los ángeles
Si lo invitas a un buen bautizo
Pero tú sabes Señor que aun así
Podría ser uno de ellos
Como todos
Phillip Rastelli vino al mundo
Nadie sabe cuándo ni dónde
El vino tropezando en Calabria
Como un profeta antiguo
Qué bien suena eso
Pero sería mucho peor
Si no acogieras con bondad
A Phillip Rastelli
Mataba demasiado
Era codicioso como pocos
Tal vez no respetó a nadie
Pero era impecable en eso
Ricos o pobres
Recibieron sus atentados
Cuando Phillip Rastelli murió
No hubo un restaurant en Calabria
Que él no cerrara
No hubo una estrella en el firmamento
Que él no financiara
No había un hombre
A quien él temiera
Ahora la sangre que él venció y amó
Lo ha cubierto finalmente
Ya se ha ido hacia el gran torrente
De los años
De las almas que pasan
Y jamás se detienen
En varias formas él fue uno de tus reflejos, Señor
Pero si piensas que no lo es
Debes recordar que Rastelli
Vivió y murió aquí en Calabria
Y estoy seguro de que el infierno
No es tan caliente para él
Jamás fue a la cárcel de Champ Dollon
No pudiendo hacerle eso
Todo Reggio Calabria fue su mamá
Levantó su cabrón Imperio
Pero fue bastante hombre
Para abandonarlo
Por el amor
Cuando llegó el momento
Señor, como el día va hacia la noche
Esta vida llegará al final para todos
Decimos adiós a nuestro amigo
Y como dice la familia
Encontró a Dios donde no lo había
Pero conociendo a Phillip
Te sugiero, Señor
Que no lo tomes a la ligera.
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