26 septiembre, 2007

aire en los zapatos

Caminabas en las paredes
de la ciudad.
La vereda raspaba tu cara
y no lo notabas.

Miraste en las ventanas
sin sentir que estaban abiertas.
Cruzaste parques
sin entender las hojas.

Jugaste con palabras
forzando preguntas.
Crees en la razón
pero siempre terminas traicionándote.

Dices que ríes
si, a veces
cuando entre la respiración
olvidas las extrañezas.

Un quemador fragmenta
lo que tu alma confluye
dejando todo
en el mismo horizonte.

Cuando el océano
rompa su misterio
muchos obviarán aquello
que hemos asegurado negar.

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